Izquierdas

11 11 2008

politicaAlgunos recientes sucesos políticos mundiales juegan en favor de cierto posicionamiento regional del continente hacia tendencias de izquierda.

Para  empezar el triunfo de Obama en los EE.UU es un triunfo por la inclusión y la democracia. La raza negra soportó en tierras norteamericanas una de las mayores humillaciones y vejaciones de su historia mientras existió la esclavitud. En el Siglo XIX Abraham Lincoln luchó a sangre y fuego contra los esclavistas sureños por la abolición, lo cual consiguió. La violencia otra vez hizo aquí el papel de partera de la historia ante la irracional actitud de quienes incluso justificaban la esclavitud biblia en mano. Terminó la esclavitud pero quedó la segregación. En el Siglo XX, el movimiento por los derechos civiles de los negros encuentra un líder en Martín Luther King. Y también encuentra acogida en el Presidente John F. Kennedy, que dicta en 1963 la Ley de Derechos Civiles.

Claro que Obama no es de izquierda. En los EE.UU, demócratas y republicanos cierran filas con el statu quo capitalista. Pero el tema va por otro lado. En Latinoamérica, el tema de la inclusión sociocultural y la lucha por la igualdad es crucial. Y quienes han demostrado habilidad en manejar el discurso y las causas de inclusión han sido las izquierdas, en todos sus matices. Las derechas constatan una congénita impotencia histórica al respecto.

El sistema capitalista ha sido remecido financieramente en las últimas semanas. Se dice que se vuelve a leer a Marx. Otros vuelven a leer a Keynes. Parece que ya no es políticamente correcto ser liberal a ultranza ¿no?. Se siente un clima parecido al posterior al crack de 1929, que favoreció el ascenso de Franklin Delano Roosevelt en 1932, con su propuesta del “New Deal” de neta factura keynesiana. Y había que hacer eso sí o sí, puesto que el comunismo estaba acechando en el mundo. Si alguna vez el comunismo estuvo cerca de triturar al sistema capitalista fue en los años 30 del Siglo XX. La crisis mundial no amainaba y la agitación obrera crecía. Nunca como entonces Marx sonaba lógico. Dejar el libre mercado a favor de un intervencionismo estatal agresivo fue una cosa de vida o muerte que tuvo que hacer el capitalismo para poder sobrevivir.
   
En el ámbito regional latinoamericano, ya constituye un axioma su creciente posicionamiento político hacia la izquierda. Al liberalismo le fue mal con sus paradigmas políticos. Uno recuerda a Menem, Salinas de Gortari, Collor de Mello, Fujimori, etc y también recuerda a experiencias políticas pendencieras donde la “apertura”, el “mercado” y la “modernidad” eran pretextos para una desvergonzada corrupción a gran escala. Donde los liberales hablan de cifras, las izquierdas pueden oponer una implacable y merecida defensa de la moralidad. Si queremos dar un ejemplo a nivel de Perú, ningún hombre de izquierda apareció en los vladivideos como si lo hicieron muchos políticos, militares y empresarios a la derecha del ámbito político. Mariátegui hubiera celebrado esta colosal bancarrota moral de la burguesía peruana. Personalmente, nunca me sentí mas feliz que en aquellos días.

Hace poco leí una entrevista al escritor chileno Jorge Edwards. En los años 60 era partidario de la revolución cubana y Fidel Castro. Pero en los años 70 rompió palitos por la política de represión cultural y homofóbica del castrismo contra los escritores de la isla. Sintió profundamente la caída y muerte de Salvador Allende en 1973 por obra del ya fallecido Augusto Pinochet, criminal  mundial de lesa humanidad. Edwards se distanció de Cuba y la izquierda radical, pero se mantuvo en los linderos de una izquierda crítica y racional. Su libro testimonial “Persona Non Grata” (1973) habla de sus desengaños de entonces, cuando fue embajador en Cuba durante el gobierno de Allende en Chile.

Hoy en día reflexiona sobre los proceso de izquierda en el continente. Sostiene : “Para mí hay dos países que vienen haciendo un socialismo posible. La experiencia histórica ha demostrado que centralizar la economía no resulta, y que a través de ello en vez de encontrar justicia para las amplias masas, se produce una pobreza generalizada. Por eso hay que pensar en un socialismo posible como son los casos de Brasil y Chile, sin decir que sean impecables”.

Prosigue : “También ha resurgido un populismo de izquierda, como Chávez, Correa, Morales. Vamos a ver como se desarrolla eso. Le confieso que yo tengo mis dudas. Me parece que Morales tiene buena capacidad de negociación. Más fuerte que la que tiene Chávez. En todo caso, veo que en varias sociedades latinoamericanas se está intensificando la polarización…”. (1)

De lo afirmado por Edwards, se puede colegir que en Latinoamérica existen dos modelos de izquierda en circulación: el modelo Lula – Bachellet por un lado y el modelo Chávez – Morales – Correa por el otro. Liberales y derechas como que ya no existen políticamente. El eje Lula – Bachellet como que es la izquierda que le ha inyectado gestión social al mercado, paliando sus imperfecciones. Mucho se habla de Pinochet cuando se recuerda al éxito económico chileno. Pero se olvida que sólo la transición democrática, hoy liderada por los socialistas, maximizó sus posibilidades al corregir sus dos grandes fallas: el tema social y las cuentas pendientes por violación a los DD.HH. En esto último no cabía ningún punto de transacción con Pinochet, que no era otra cosa que un sucio y vulgar delincuente de lesa humanidad.

Teniendo en cuenta lo que pasa en el mundo, hoy en día no esta en juego si vamos a optar o no por una opción de izquierda, sino más bien que tipo de modelo de izquierda será el que adoptaran en su momento nuestros pueblos. Ya sabemos cuales son. En el caso concreto del Perú, Ollanta Humala y Yehude Simon quizás expresan a uno y otro.     
 
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 (1) Ver Diario La República, 02/11/08, Suplemento Fama

Manuel Navarrete